Dentro de los servicios que ofrecemos desde Agaleus, nos encontramos a las denominadas limpiezas químicas. Se trata de un tipo de limpieza industrial de carácter específico en cuanto a su desarrollo se refiere, y que consisten en la reacción de una solución química, debidamente diseñada en función de la superficie a limpiar o tratar, y el tipo de compuestos, depósitos e incrustaciones existentes en el equipo a eliminar. De esta forma conseguimos retirar materiales indeseados y dar un tratamiento que adecúe la superficie para su posterior uso en la industria. Para ello, contamos con profesionales y equipos de última generación, con los que se garantizan los mejores resultados y eficiencia en cualquier tipo de limpieza química a realizar.
Las limpiezas químicas son simples, rápidas y sobre todo de mayor alcance respecto a otros tipos de limpieza industrial en aquellos elementos a limpiar, ya que se basan en el contacto directo del compuesto químico diluido sobre la superficie a limpiar, eliminando incrustaciones, óxidos, sedimentos o cualquier residuo presente en los elementos que se quieran limpiar.
Este tipo de limpiezas pueden aplicarse en una gran variedad de superficies como esferas, tanques, hornos, calderas de vapor, intercambiadores, reactores, ciclones, compresores, líneas de tubería, circuitos de refrigeración, ciclos combinados, biomasa o un sinfín de aplicaciones más en grandes y pequeñas instalaciones industriales que van desde refinerías a industrias petroquímicas, oleoductos, gaseoductos, astilleros, papeleras, plantas de alquilación, alquitrán, hormigón, o en sistemas hidráulicos de aceite.
Servicios de limpieza química
Agaleus ofrece una amplia gama de limpiezas químicas que podemos acometer para labores preoperacionales, labores de mantenimiento y descontaminación de equipos para su posterior achatarramiento.
En el caso de las labores preoperacionales, durante el montaje de instalaciones industriales es posible que queden restos de grasa, sólidos gruesos, partículas, arena o haberse formado óxidos que previo a la puesta en marcha y para su correcto funcionamiento requieran una limpieza química. Estas limpiezas se realizan en equipos nuevos como tuberías, equipos industriales, recipientes tanto de acero inoxidable como de acero al carbono, etc. dónde habitualmente se realiza un “flushing” para eliminar restos del montaje en el interior del equipo o circuito, desengrasado, eliminando aceites y grasas y decapado eliminando óxidos resultantes de los procesos de soldadura y pruebas hidráulicas. De esta forma, se deja el equipo preparado, para realizar un pasivado, dejando la superficie protegida ante agentes externos, por ejemplo, la oxidación. Este tipo de limpiezas son necesarias por seguridad, ya que los productos del proceso en contacto con la suciedad pueden dar lugar a reacciones inesperadas.
Las limpiezas químicas también pueden efectuarse en tareas de mantenimiento, como la limpieza de tuberías para desincrustar los sedimentos que se van solidificando en las paredes de la tubería que incrementan la corrosión picando las tuberías o dando lugar a posibles fugas. Los beneficios que proporciona la limpieza química son varios: elimina las incrustaciones consiguiendo prolongar la vida de los equipos, incrementa la transferencia de calor en intercambiadores de calor o circuitos de refrigeración, disminuye las pérdidas de carga al incrementar el caudal en tuberías, evita el daño en equipos corriente abajo por arrastre de incrustaciones y consigue descontaminar equipos para posteriores labores de mantenimiento evitando la presencia de sustancias tóxicas o inflamables (presencia de pirofóricos).
Otra de las funciones de las limpiezas químicas es la descontaminación de equipos para su posterior achatarramiento. Durante el desmantelamiento de instalaciones industriales, los equipos como tuberías pueden estar contaminados con productos químicos, y para su achatarramiento es necesario limpiarlas previamente para evitar la contaminación con tóxicos y proteger el medioambiente.