La importancia de respetar el medio natural está fuera de toda duda, pero la cuestión es más bien cómo hacerlo, es decir, qué instrumentos legales y operativos son necesarios para garantizar que los estándares ambientales se cumplen. Según datos del Gobierno Vasco, el 72% de la población considera que la protección del medio ambiente y la lucha contra la contaminación son cuestiones inmediatas y urgentes, y seis de cada diez habitantes de la CAPV percibe que los factores ambientales inciden de forma significativa en su calidad de vida. Por estas razones se impulsó la Estrategia de Biodiversidad de Euskadi, una normativa que tiene como meta frenar el deterioro de los ecosistemas de nuestro entorno, además de mejorar paulatinamente su estado de conservación.
La urgencia de la necesidad de cuidar el medio ambiente es innegable, y en ello la biodiversidad, o diversidad de seres vivos y ecosistemas de un territorio, cobra especial relevancia. La población mundial de especies silvestres se ha reducido un 60% en los últimos 40 años y en la actualidad aproximadamente un millón de especies están en peligro de extinción. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) alude a que la pérdida de biodiversidad y el colapso de los ecosistemas son las mayores amenazas a las que se enfrenta la humanidad en la próxima década. De hecho, la ONU ha declarado los próximos diez años como la Década para la Restauración de los Ecosistemas (2021-2030).
Además, en estos tiempos en los que el mundo entero está siendo afectado por las consecuencias de una pandemia provocada por un virus de origen animal no está de más recordar que el 75 % de todas las enfermedades infecciosas nuevas en humanos son zoonóticas y que dichas enfermedades están estrechamente relacionadas con la salud de los ecosistemas. Es innegable que existe una clara relación entre la salud humana y la salud del medio ambiente.
Biodiversidad en Euskadi
El pasado y presente industrial de Euskadi marcan unas especiales condiciones ambientales para determinadas zonas del territorio. En otros tiempos donde el cuidado del medio ambiente no era un valor social tan relevante como lo es en la actualidad el impacto ambiental de la actividad económica fue degradando el hábitat de manera apreciable. La contaminación, la acumulación de residuos y otros fenómenos similares incidieron negativamente en el entorno, pero desde hace décadas las instituciones, empresas y ciudadanía vasca llevan desarrollando un esfuerzo continuado para la protección del medio ambiente. En palabras de Arantxa Tapia, Consejera de Desarrollo Económico, Sostenibilidad y Medio Ambiente del Gobierno Vasco, «Euskadi tiene que seguir siendo industrial» pero «todos los sectores productivos han de ser compatibles con el medio ambiente y contribuir a la lucha contra el cambio climático».
Pero todavía queda un largo camino por recorrer, ya que una parte importante de los ecosistemas en Euskadi muestran síntomas de degradación o se están usando insosteniblemente. Según los datos recogidos en el Perfil ambiental de Euskadi 2013 seguimos perdiendo biodiversidad y 35% de los hábitats en Euskadi de interés europeo presentan un estado general de conservación malo. Las causas son variadas, somos un territorio con un modelo económico industrial, y además tenemos una alta densidad de población, con conurbaciones urbanas muy cercanas entre sí. Además, el cambio climático es otro factor que aumenta el riesgo sobre el medio ambiente. En este sentido, Euskadi fue pionera en declarar la Emergencia Climática en 2019 y desde entonces su apuesta por un desarrollo inclusivo y sostenible ha sido clara.
Estrategia de Biodiversidad de Euskadi
La calidad ambiental en nuestro territorio ha experimentado en las últimas décadas un avance muy significativo en lo que se refiere a protección de la biodiversidad, gracias al desarrollo de normativas como la Ley de Conservación de la Naturaleza del año 2014 y el IV Programa Marco Ambiental de la CAPV 2020. Para impulsar aún más la protección de la naturaleza se ha adoptado la Estrategia de Biodiversidad de la Comunidad Autónoma del País Vasco 2030, que tiene como objetivos integrar la conservación del medio natural en las políticas sectoriales, frenar la pérdida de los ecosistemas, limitar la ocupación de suelo y favorecer la reutilización de espacios degradados, y sensibilizar acerca de la importancia de la conservación de la biodiversidad.
En esta normativa se definen cuatro metas y diez líneas de actuación con la vista puesta en 2030:
– Protección y restauración de los ecosistemas, que incluye detener la pérdida y deterioro de hábitats y especies, y mejorar su estado de conservación para avanzar hacia un territorio resiliente y multifuncional, avanzar en la prevención y control de las especies exóticas invasoras, y fomentar la corresponsabilidad y compatibilizar los usos de los recursos naturales y la conservación del medio natural.
–Impulsar la Red Europea Natura 2000, garantizando una gestión eficaz de las zonas de Euskadi adheridas e impulsando su promoción.
–Promover el conocimiento y la cultura de la Naturaleza, sensibilizando a la sociedad y divulgando sobre su importancia.
–Optimizar la eficiencia en la gestión del territorio y del Patrimonio Natural, integrando la transversalidad de las políticas en materia de biodiversidad, fomentando la colaboración entre los distintos agentes, y mejorar de forma continua la gestión de Espacios Naturales Protegidos.
La Estrategia de Biodiversidad de Euskadi forma parte de Agenda Euskadi Basque Country 2030, donde se recogen los compromisos de Euskadi con los ODS. Además, está alineada con la Estrategia sobre la Biodiversidad europea. Agaleus, por su parte, colabora en la mejora del cuidado ambiental y de la biodiversidad de Euskadi gracias a su labor en la gestión de residuos, que evita el vertido de los mismos en el entorno natural.