A día de hoy tan solo el 12 % de los materiales utilizados por la industria europea procede del reciclaje, mientras que las importaciones de muchas materias proceden entre el 75% y casi el 100% de terceros países, en particular materiales utilizados en los sectores de las nuevas tecnologías y de las energías renovables. Por lo tanto, aumentar las tasas de reciclado es la mejor opción que tiene Europa para reducir su dependencia respecto a la importación de ciertas materias, aumentando con ello la resilencia del sector industrial del continente.
A pesar de que en las últimas décadas la apuesta por la valorización de residuos ha permitido incrementar la recuperación de materiales para su posterior uso industrial aun queda mucho camino por recorrer en la senda de la circularidad. Lo cierto es que la innovación tecnológica y la digitalización han provocado que la demanda de ciertas materias primas aumente de manera notable. Son las llamadas materias primas críticas (CRM, por sus siglas en inglés), que la Comisión Europea identifica como de especial atención debido a su importancia económica y al alto riesgo que supondría una interrupción de su suministro para la UE. Se trata de un listado cambiante y sistemáticamente actualizado, que puede consultarse en este enlace.
Ejemplos cotidianos de los usos de estas materias primas críticas son, por ejemplo, el litio y cobalto, empleados en las baterías de dispositivos electrónicos como teléfonos móviles o tabletas. También el óxido de indio y estaño, imprescindible para la fabricación de pantallas de cristal líquido (LCD), o el neodimino, presente en los imanes que contienen los discos duros de los equipos informáticos.
Como vemos, en muchos casos se trata de materiales necesarios para la fabricación de dispositivos electrónicos, indispensables para el funcionamiento de la industria. Según los expertos, resulta unas 13 veces más caro extraer de la tierra los minerales para fabricar nuevos dispositivos que obtenerlos mediante el reciclaje de los ya usados.
Se calcula que en 2030 la UE puede necesitar hasta 18 veces más de litio y 5 veces más cobalto que actualmente, sobre todo para producir baterías de vehículos eléctricos y para almacenaje de energía. Los principales proveedores de CRM de la UE son China, Turquía y Sudáfrica.
La simple lógica nos indica que si en Europa se consigue aumentar las tasas de reciclaje podríamos ahorrarnos dinero e impactos ambientales innecesarios. Anualmente los países europeos exportan unos 33 millones de toneladas de residuos, que no se valorizan.
Todo esto ha llevado a la Comisión Europea a plantear una estrategia común que promueva la autonomía y la sostenibilidad de la Unión Europea para el suministro de materias primas fundamentales, para potenciar una mayor diversificación, reciclaje y extracción nacional. El reciclaje será una de las claves principales, dada la elevada presencia de dichos materiales en los dispositivos eléctricos y electrónicos.
A nivel estatal en 2018 se generaron 137,8 millones de toneladas de residuos, de los que el 48,3% fueron llevados a vertedero, el 38,7% se recicló, el 10% que se reutilizó y el 3% acabó incinerado. En lo que respecta a Euskadi, generamos cerca de 6,3 millones de toneladas de residuos cada año, el 60% de origen industrial, y los expertos estiman que incrementando los ratios de reciclaje se conseguiría un ahorro del 6% en el consumo de materias primas, con una reducción anual de casi 1 millón de toneladas CO2