En un contexto de creciente regulación ambiental y presión económica, la gestión cercana de los residuos industriales emerge como una herramienta estratégica para reducir la exposición a aranceles, las restricciones a los traslados de residuos intracomunitarios, mejorando la sostenibilidad y fortaleciendo la competitividad del tejido industrial en Europa, España y especialmente en Euskadi.
La trampa de la dependencia exterior en la gestión de residuos
Durante años, muchas industrias han externalizado parte de la gestión de sus residuos, enviándolos a otras regiones o países donde los costes de tratamiento o valorización eran más bajos. Sin embargo, la creciente imposición de aranceles, restricciones a la exportación y medidas regulatorias ha hecho cada vez más difícil y costoso este enfoque.
Además, el nuevo Reglamento europeo sobre traslados de residuos, aprobado en 2024, ha introducido un cambio de paradigma fundamental: frente al modelo anterior de “autorización previa”, ahora se establece un principio de prohibición por defecto para los traslados de residuos destinados a operaciones de eliminación, incluso entre Estados miembros. En algunos casos, también se aplica a residuos destinados a valorización.
Este nuevo enfoque está generando tensiones jurídicas y económicas, especialmente en sectores industriales que carecen de infraestructuras adecuadas en sus regiones. Este Reglamento que afecta a los traslados de residuos entre Estados Miembros de la UE, está siendo también aplicado por algunas Comunidades Autónomas para introducir restricciones dentro de su ámbito territorial. Esto ha dado lugar a situaciones de falta de disponibilidad de instalaciones de tratamiento de residuos en algunos lugares, generando un conflicto difícil de solucionar para los productores del residuo que son aquellos que tienen que velar por una gestión adecuado en todo el ciclo de vida del residuo. Este asunto, además genera una contradicción con el principio de libre circulación de bienes y servicios dentro del mercado único europeo y obliga a disponer de todo tipo de infraestructuras en cada Comunidad Autónoma, algo que es inviable desde un punto de vista de economías de escala y viabilidad de las inversiones.
Apostar por la proximidad: resiliencia e innovación
Ante este escenario restrictivo, apostar por infraestructuras locales de tratamiento y valorización se convierte en una estrategia de resiliencia. Las industrias que optan por soluciones cercanas:
- Reducen su dependencia de traslados internacionales o interregionales y evitan bloqueos administrativos.
- Minimizan los riesgos derivados de aranceles y cambios regulatorios.
- Cumplen más fácilmente con la normativa ambiental.
- Aprovechan la innovación tecnológica para generar valor añadido a partir de residuos.
En este sentido, la gestión cercana no es solo una cuestión ambiental, sino una palanca económica e industrial.
Euskadi: una oportunidad industrial
En Euskadi, donde el peso del sector industrial es clave para la economía, este nuevo escenario puede convertirse en una ventana de oportunidad. Apostar por la gestión local no solo responde a una necesidad regulatoria, sino que puede posicionar al territorio como un polo de referencia en valorización avanzada de residuos industriales.
La estrategia pasa por:
- Invertir en tecnologías de valorización avanzada.
- Fomentar alianzas público-privadas para desarrollar infraestructuras específicas.
- Integrar la gestión de residuos como parte de la cadena de valor de los sectores industriales.
Estas acciones permitirán reducir la dependencia externa y convertir los residuos en un recurso local que refuerce la autonomía y la competitividad de la industria vasca.
Replantear el modelo: soberanía industrial y ambiental
La gestión cercana de residuos industriales no es una mera solución de cumplimiento normativo: representa una estrategia industrial de largo recorrido. En un contexto de creciente fragmentación normativa y desafíos logísticos, apostar por lo local permite:
- Reforzar la soberanía industrial y ambiental.
- Reducir la huella de carbono del tratamiento de residuos.
- Generar empleo verde y especializado en el entorno local.
- Aumentar la competitividad al disminuir la dependencia de terceros.
- Cumplir con el principio de proximidad y autosuficiencia establecido por la normativa ambiental europea.
Conclusión: la gestión cercana como solución estratégica
Desde Agaleus creemos firmemente que el modelo de gestión de residuos debe alinearse con los principios de proximidad, resiliencia e innovación. Las restricciones al traslado y los aranceles no deben verse únicamente como obstáculos, sino como un acicate para construir un modelo más robusto, sostenible y competitivo.
La gestión cercana de residuos industriales es, más que nunca, una inversión de futuro para la industria vasca, española y europea.