El cuidado del medio ambiente y la conservación de la biodiversidad son factores indispensables para garantizar la salud de las personas. Además de las relaciones obvias, la influencia del entorno incide de variadas maneras en nuestro estado físico y mental. Por ejemplo, la calidad del aire o del agua puede ocasionar a largo plazo graves problemas en los organismos de los seres vivos. Es otra de las razones que hacen indispensable el respeto ambiental.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) lleva décadas analizando la relación entre la salud y el medio ambiente, y una de sus conclusiones es que la contaminación es el mayor riesgo ambiental para la salud, ya que el 92% de los habitantes del planeta reside en lugares donde los niveles de contaminación del aire exceden los límites seguros. De hecho, los expertos cifran en un 23% el porcentaje de los decesos registrados anualmente en el mundo por causa de la contaminación ambiental. La mayor parte de los afectados son las personas más vulnerables: ancianos, menores y personas con enfermedades previas.
El cambio climático es otro de los factores a tener en cuenta. El aumento progresivo de la temperatura en el planeta provoca otros efectos, como los fenómenos meteorológicos extremos, y algunos estudios estiman que provoca de manera directa o indirecta unas 250.000 muertes al año en el mundo. Además, si no se logra frenar o mitigar sus consecuencias serán cada vez más graves y lesivas para la salud humana.
La progresiva pérdida de biodiversidad, la variedad de seres vivos que habitan los diferentes ecosistemas, es una tragedia con consecuencias claras en la salud humana, y algunas inesperadas. En la actualidad aproximadamente un millón de especies están en peligro de extinción y en las últimas cuatro décadas se han reducido en un 60% el total de especies silvestres. Debemos tener en cuenta que más del 80% de la dieta humana está compuesta por las plantas, y que además son la base de multitud de fármacos, que aprovechan sus compuestos para uso medicinal.
Pero es que, además, la pandemia de la COVID-19 ha puesto sobre el tapete otro grave problema que acarrea la pérdida de biodiversidad. Según los datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) el 75 % de todas las enfermedades infecciosas nuevas en humanos son zoonóticas y que dichas enfermedades están estrechamente relacionadas con la salud de los ecosistemas. De hecho, algunos científicos han establecido una relación causal entre la reducción de especies y el aumento de los brotes víricos de origen animal y otras enfermedades infecciosas como el ébola, el SARS, la gripe aviar o la misma COVID-19. En los últimos 40 años el sudeste asiático ha perdido el 30% de su superficie forestal, lo que ha llevado a que se erijan asentamientos humanos muy populosos en el entorno natural de animales, aumentando las posibilidades de transmisión vírica entre especies.
Ante esto, la protección del medio ambiente cobra mayor importancia. Por eso es vital promover los principios del pensamiento circular y acelerar la transición hacia una economía descarbonizada, con bajos niveles de emisiones contaminantes. En ese sentido, Agaleus es una empresa comprometida con la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente, y tenemos claro que una parte sustancial de nuestra labor consiste en ayudar a que la industria vasca sea cada vez más sostenible.